Hace unos años me sobraban cerca de 10 kilos. Tenía sobrepeso.
El problema es que ni yo, ni los que me rodeaban, nos dábamos cuenta de ello.
Sí que había notado que ponerme algún vaquero viejo era toda una odisea. “Habrá encogido al lavarlo”, pensaba.
Yo no me notaba nada raro.
Al final, descubrí que tenía que cambiar mis hábitos gracias a la Wii.
¿Recuerdas la famosa consola de Nintendo que se puso de moda hace no mucho porque te permitía usar tu cuerpo como mando?
Pues unas Navidades me regalaron su tabla de ejercicio.
Al conectarla, lo primero que hacía era pesarte para obtener tu índice de masa corporal. Mientras efectuaba el cálculo, se mostraba en la tele un simpático muñequito que iba cambiando de forma para representar tu estatura y peso.
Mi muñequito no paraba de hincharse como un globo.
Los pocos segundos que duró la puesta en escena me parecieron horas. Aquel avatar redondito no dejaba de engordar más y más.
En ese momento fui consciente de que debía modificar mi dieta.
Y lo hice.
Ahora intento llevar una alimentación equilibrada, con bastante fruta y verdura.
Evito todo lo posible la bollería industrial y la comida precocinada.
Pero, ¿sabes qué?
Alguna vez, muy de cuando en cuando, me como un dónut.
Y lo disfruto como un chiquillo.
Morder su masa blandita y esponjosa, sentir el crujido del azúcar al masticar, chuparme los dedos al terminar para apurar los últimos restos. Es una sensación indescriptible.
Sé que no está bien. No es una comida sana.
Pero puedo permitirme hacer un pequeño exceso un día, porque lo compenso con mi alimentación durante el resto de la semana.
Con la lotería de Navidad me pasa algo parecido.
Mira, sé que esto es un blog de educación financiera, donde intento ayudarte con mi experiencia y opinión a que mejores tus hábitos con el dinero.
Por lo tanto, debería decirte que no compres lotería de Navidad. Es una de las maneras más inútiles de malgastar esos euros que tanto te han costado ganar.
Sin embargo, no voy a hacerlo.
El motivo es que yo mismo suelo comprar algún décimo todos los años.
Decirte a ti que no lo hagas me parecería muy cínico.
Yo sé que comprar lotería no es demasiado inteligente. Seguro que tú también lo sabes.
Pero, como con los donuts, si lo haces con mesura, te aporta una satisfacción y te lo puedes permitir porque no implica desviarte de tu estrategia financiera, entonces no le veo demasiado problema.
Así que no voy a intentar convencerte de que no juegues a la lotería de Navidad. Prefiero dedicar este post a algo más práctico. Por eso, te voy a contar cómo creo que deberías actuar si alguna vez te toca el premio Gordo.
Pero antes, me gustaría darte mi opinión sincera sobre la lotería de Navidad.
Contenidos
Seguro que en alguna ocasión, cuando has pensado en conseguir la libertad financiera, jubilarte antes de tiempo o dejar tu trabajo, una de las primeras ideas que se te ha pasado por la cabeza es que te toque una buena quiniela.
Claro, sería el camino rápido. De un día a otro tu vida cambiaría radicalmente.
El problema es que esto no depende de ti. Es puro azar y casi imposible que te pase.
La lotería no es una inversión.
Ni buena ni mala.
Simplemente no lo es.
La inversión debe basarse en la adquisición de activos que sepas con certeza que van a terminar poniendo dinero en tu bolsillo.
Y en la lotería, desde luego, no existe esa certeza.
Si quieres jugar a la lotería por probar suerte, siempre que lo hagas de manera comedida, adelante.
Pero no pienses en ello como tu billete hacia la jubilación.
Mucho menos cuando hablamos de la lotería de Navidad, ya que con el premio que puedes llegar a conseguir no tendrás la vida ni mucho menos resuelta.
Si llevas jugando varios años, seguro que ya sabes cuáles son los premios de la lotería de Navidad. De todas formas, no está de más recordarlo.
Cada décimo de lotería cuesta 20 € y los cinco premios más importantes que puedes conseguir son los siguientes:
- El premio Gordo es de 400.000 euros por cada décimo jugado.
- El segundo premio es de 125.000 euros al décimo.
- El tercer premio es de 50.000 euros por décimo.
- Los cuartos premios son de 20.000 euros al décimo.
- Los quintos premios son de 6.000 euros al décimo.
Como ves, son cantidades importantes que, si te tocan, seguramente supongan un buen desahogo, pero dudo mucho que vayan a cambiarte la vida.
También hay pedreas, reintegros, etc. Un buen puñado de premios menores que nos pueden dar una pequeña alegría, pero con los que seguramente únicamente consigamos recuperar una parte de lo que nos hemos gastado.
Si ya de por sí el importe de los premios de la lotería de Navidad seguramente no sea suficiente para poder decirle a tu jefe todo lo que llevas callándote durante años, debes saber que, además, lo que ganas debes compartirlo.
Y no, no estoy hablando de hacerlo con tus amigos y familiares.
Me estoy refiriendo a nuestro querido Estado.
La banca siempre gana. Y, en el caso de las loterías, la banca no es otra que la omnipresente Hacienda.
Así, si te toca un buen premio deberás pagar el 20% de la cantidad que recibas a la Agencia Tributaria.
No deja de tener su gracia, ya que la lotería de Navidad la vende la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), una empresa pública que depende, ¿a que no sabes de quién? ¡Bingo! Del Ministerio de Hacienda.
Hacienda gana con cada décimo vendido y con cada premio repartido.
Una jugada maestra.
«La lotería es el impuesto para los que no saben de matemáticas» – Roger L. Jones
La parte positiva es que, en 2020, los primeros 40.000 € que recibas de premio están exentos de impuestos.
Por lo tanto, si te toca el Gordo, deberás pagarle a la Agencia Tributaria el 20% de 360.000 euros, con lo que el premio final que recibirás se quedará en 328.000 euros. Hacienda se habrá llevado 72.000 euros.
En cambio, si te toca un reintegro, una pedrea o un quinto o cuarto premio, no tendrás que pagar impuestos porque son inferiores a la cantidad límite de 40.000 euros.
No hay que ser un experto matemático para saber que conseguir el primer premio de la lotería es muy difícil.
¿Podemos ponerle una cifra?
Claro. Para ello, simplemente debemos conocer cuántos números diferentes hay en la lotería de Navidad.
En este sorteo entran 100.000 bolitas en el bombo. Por lo tanto, la probabilidad de que uno de esos simpáticos niños uniformados saque nuestro número y cante el Gordo es de 1 entre 100.000.
O, si te gustan más los porcentajes, la probabilidad de que te toque el Gordo es de un 0,001%.
Como ves, las opciones son muy pocas.
Ahora bien, uno de los éxitos de la lotería de Navidad creo que reside en la gran cantidad de premios que se reparten
No voy a marearte con cálculos matemáticos, pero la probabilidad de que te toque algo, aunque sólo sea un reintegro con el que recuperes el dinero de tu décimo, es cercana al 15%.
Por lo tanto, si juegas a la lotería de Navidad con el objetivo de hacerte rico, casi mejor que busques otro plan. Ni por probabilidad ni por importes vas a tener fácil alcanzar ese propósito.
Entonces, ¿por qué juego a la lotería?
Me gusta el turrón, especialmente el de Jijona.
Además comparto algo con él.
Tanto el turrón como yo somos unos blandos.
Cada vez que veo los anuncios de la lotería de Navidad siento una emoción especial.
A veces, incluso se me cae una lagrimilla.
Ese abuelillo entrañable que era vigilante de noche en una fábrica de maniquíes; el hombre que se olvidó de comprar el décimo de todos los años, pero al que se lo guardó el camarero; el enfermero que comparte un boleto con su paciente, etc.
Sé que es puro marketing, cuyo objetivo es remover nuestras emociones.
Pero no puedo evitarlo, conmigo lo consiguen.
Y creo que, en parte, es así porque para mí la lotería de Navidad es precisamente eso: compartir con la gente que más quieres.
Es un momento de ilusión que marca el inicio de la Navidad.
Es un evento del que disfruto junto a mi familia, amigos o compañeros del trabajo.
¿Es racional? No.
¿Es inteligente? Tampoco.
Es una tradición que está ahí, como el amigo invisible de la cena de Nochebuena o las uvas de Fin de Año.
Una tradición de la que me gusta formar parte.
Eso sí, con cabeza.
No sé si te suena la siguiente frase:
¿Y si cae aquí?
Se trata de otro tipo de anuncios de la lotería de Navidad.
Pero, a diferencia de los anteriores, éstos no despiertan en mí ningún sentimiento.
Los vemos durante el verano. En el bar del pueblo, en el chiringuito de la playa o en la gasolinera perdida en mitad de la autovía.
¿Y si cae aquí?
Pues, sinceramente, que caiga.
Tengo claro que no voy a comprar una participación en cada sitio donde ponga un pie.
Una cosa es comprar un par de décimos para compartir con mi familia y otra muy diferente es gastar la mitad de un sueldo mensual en lotería.
Lo primero tiene su gracia. Lo otro me parece una completa locura.
Imagina que te toca la lotería, ¿y ahora qué?
La mayoría soñamos con lo que haríamos si alguna vez nos toca la lotería.
Pero únicamente nos centramos en un momento: cuando ya tenemos el dinero en nuestras manos.
No nos preocupamos sobre el antes.
¿Cuál será nuestra reacción?
¿Cómo lo tenemos que cobrar?
¿Cómo lo podemos repartir con nuestros familiares o amigos sin tener ningún tipo de problema?
Creo que en la vida hay que estar preparado para el mayor tipo de situaciones.
Información y previsión son la clave para que muchas cosas salgan bien.
Por eso, a continuación te voy a contar una serie de consejos para que, si tienes la suerte de ser uno de esos afortunados a los que les toca la lotería, lo afrontes lo mejor posible.
No seas portada de los telediarios
Todos los años se repite la misma imagen.
Gente amontonada en una administración de lotería, con su décimo en la mano y abriendo botellas de champán como si no hubiese un mañana.
La alegría es lógica. Todos estaríamos eufóricos si nos tocase el Gordo.
La forma de celebrarlo no tanto.
Los telediarios se encargan de mostrar una y otra vez el rostro de los ganadores.
Algunos incluso se plantan delante del micro a decir lo felices que son y los miles de euros que están a punto de cobrar.
No se tú, pero yo procuraría decírselo al menor número de gente posible.
Y, por supuesto, nunca lo anunciaría a bombo y platillo en mis redes sociales.
Si estamos hartos de escuchar historias de robos cuando alguien se va de vacaciones, deja su casa vacía y lo publica en su muro de Facebook, no quiero imaginarme las posibilidades que se abren cuando todo el mundo sabe que te ha tocado el Gordo.
De todos modos, si no puedes resistir la tentación de salir a celebrarlo a la calle, al menos, déjate el décimo en casa.
No pierdas el décimo
Sin décimo no hay premio.
Así de simple.
Por lo tanto, lo primero que deberías hacer cuando verifiques que tu número coincide con el que sale por la tele es apuntarte la serie y la fracción. De esa manera, si lo acabases perdiendo por cualquier causa, podrías denunciarlo a la policía.
Incluso sería una buena idea hacerle una foto, con algo que lo identifique como tuyo. No sé hasta qué punto puede ser una prueba válida, pero seguro que es mejor que nada.
Lo siguiente será poner tu décimo a buen recaudo.
Si tienes una caja fuerte, ese puede ser el mejor sitio.
Pero no creo que mucha gente tenga una caja fuerte, así que busca el lugar más seguro de tu casa. Aquél donde no se pueda perder, mojar, ni deteriorar de ninguna manera.
Y, como te he dicho antes, nunca salgas de celebración con tu décimo en la mano. Es la mejor forma de perderlo o estropearlo.
Con todo, si pierdes tu décimo, acude de inmediato a la policía a denunciar que lo has extraviado. Si hay una denuncia válida, un juez puede paralizar el pago del premio hasta que decida quién es su verdadero dueño.
En cualquier caso, si no sabes muy bien donde guardar tu décimo o tienes miedo de perderlo, hay bancos que te ofrecen el llamado contrato de depósito de décimo de lotería. Se trata de un servicio donde tú les llevas el boleto y ellos, a cambio de una comisión, lo guardan en sus cajas de seguridad hasta que lo cobras.
Desconozco a cuánto asciende el coste de este servicio, pero si quieres tener una mayor tranquilidad, puede ser una buena opción acercarte a una sucursal e informarte.
No se lo ocultes a tu pareja
La infidelidad financiera existe.
Parece increíble, pero son muchas las personas que no hablan de dinero con su pareja o les ocultan lo que ingresan y lo que gastan.
Incluso se han dado casos de gente que no ha querido contarle a su pareja que han ganado un premio de lotería para no compartirlo.
A mí me resulta inconcebible, pero desgraciadamente pasa más de lo que pensamos.
No permitas que el dinero se interponga entre tú y tu pareja.
Las finanzas en pareja deben ser cosas de dos. Del mismo modo que planificáis cómo ahorrar para unas vacaciones, tenéis que compartir vuestras ideas sobre lo que hacer con un premio de lotería.
Además, ten en cuenta que si estás casado en régimen de gananciales, todo lo que ingreséis uno y otro pertenece a los dos. Por lo tanto, en esta situación, si le ocultas a tu pareja que has ganado un premio, no sólo le estarás mintiendo. Además, puedes estar cometiendo un delito.
Una vez pasada la euforia inicial, seguramente te preguntes cómo tienes que cobrar la lotería de Navidad.
Pues bien, lo primero que debes saber es que dispones de hasta 3 meses para cobrar el décimo. Por lo tanto, no te precipites.
No acudas al día siguiente a reclamar tu premio, pero tampoco te duermas en los laureles, no se te vaya a pasar la fecha.
Tómate tu tiempo para planificar cómo y dónde vas a ingresar el dinero.
Si el premio es inferior a 2.000 € puedes ir a cobrarlo a cualquier administración de loterías.
En estos casos, la verdad es que tampoco hay mucho que pensar.
En cambio, si te toca más de esa cifra, debes acudir a una entidad bancaria autorizada, que se encargará de reclamar el premio, pagar a Hacienda la parte que le corresponda y darte a ti el resto.
Consulta en la web de Loterías y Apuestas del Estado cuáles son estas entidades y selecciona tu mejor opción.
Ten en cuenta que los bancos no deben cobrarte nada por el abono del premio. Sin embargo, según como hagas las cosas, puede ser que acabes pagando por algún servicio que no necesitabas.
Por ejemplo, imagínate que ingresan el dinero en tu cuenta y luego quieres transferir una parte a otra entidad para contratar un producto financiero. Si no tienes transferencias gratuitas, ese movimiento de dinero te puede salir bastante caro.
También es posible que te propongan un anticipo de una parte del premio hasta que lo recibas completamente y así puedas disponer antes del dinero. Cuidado con estas estrategias, ya que el banco te cobrará unos suculentos intereses por esa cantidad que te han adelantado.
En definitiva, selecciona muy bien la entidad donde vayas a cobrar el premio.
Lo ideal sería que ya trabajases con alguna de esas entidades y que no te cobrasen por nada. Si no es el caso, estudia en cuál puedes abrir una cuenta sin comisiones de ningún tipo.
Por otro lado, si tu entidad está en la lista y quieres ingresar el dinero en ella, los expertos recomiendan no ir a tu oficina de siempre a reclamar el premio.
El motivo es proteger lo máximo tu anonimato. Es posible que en la sucursal de tu barrio alguien te reconozca y todos tus vecinos acaben enterándose de tu suerte.
También es aconsejable no acudir directamente a la ventanilla. En su lugar pide cita con el director de la sucursal. Seguro que cuando le expliques el motivo estará encantado de recibirte.
Cómo puedes repartir el dinero de un décimo de lotería con tu familia y amigos
Si algo caracteriza a la lotería de Navidad es que muy pocas veces juegas tú solo.
Compartir un décimo con tu familia, con tus amigos o con tus compañeros de trabajo es de lo más habitual.
Si, alguna vez os toca, la alegría y el dinero se repartirá entre la gente que aprecias.
Pero esa alegría se puede convertir en llanto si no hacéis las cosas bien.
En primer lugar, para que no haya malos entendidos y evitar que quien guarde el décimo tenga un arrebato de codicia y se niegue a repartirlo, debéis identificar claramente todas las participaciones.
La mejor forma es fotocopiar el décimo y entregar una copia a cada participante donde escribáis la cantidad que juega, el DNI de quien lo custodia y las firmas de las dos partes.
Por supuesto, toda participación debería pagarse antes del sorteo.
Dicen que si no se paga, no toca…
En cuanto a la manera de cobrar el premio, ni se te ocurra cobrarlo tú solo y luego repartirlo. Hacienda podría entender que estás donando el dinero y entonces reclamarte el impuesto correspondiente.
Lo que debéis hacer es identificar a cada participante y acudir al banco con una lista donde indiquéis entre quiénes compartís el décimo y qué cantidad jugáis cada uno. De ese modo, la entidad bancaria avisará a Hacienda y quedará todo claro.
Perfecto, ya eres rico, ¿o no?
No te engañes, un décimo de la lotería de Navidad no va a permitirte dejar todo de un día para otro.
Si estuviéramos hablando del Euromillón, que puede repartir varios millones de euros a los acertantes de primera categoría, la cosa cambiaría. En cambio, con los poco más de 300.000 € del Gordo, olvídate de formar parte de la lista de los más ricos del mundo.
No me malinterpretes, el premio está muy bien y estoy seguro de que te permitirá ir con algo más de desahogo.
Aunque para eso, debes saber administrarlo y no gastarlo en caprichos que realmente no necesitas.
Es posible que hayas oído en más de una ocasión la famosa estadística de que un 70% de los ganadores de la lotería al final acaban arruinados.
Lejos de ser un cliché, esta estadística es muy real.
Muchos piensan que ganar la lotería les va a cambiar la vida.
Y al final, tienen razón. Pero para mal.
El problema es la falta de planificación y cultura financiera.
Por eso, si tienes la suerte de que te toque el Gordo, no te vuelvas loco.
No empieces a pensar en todo lo que te vas a comprar, como hace el 90% de la gente que entrevistan en la tele. En lugar de eso, piensa muy bien lo que vas a hacer y cómo puedes mejorar tu situación financiera.
A continuación te dejo algunas ideas.
Conforma tu colchón de seguridad
Si todavía no tienes un colchón de seguridad, éste debería ser tu primer objetivo.
Un colchón adecuado te va a garantizar la estabilidad financiera suficiente para hacer frente a cualquier problema económico que se te pueda plantear en el futuro.
Es la base de todas tus finanzas personales.
Créeme, este colchón te permitirá dormir mejor que el que tienes en tu propia cama.
Por lo tanto, calcula el tamaño de tu colchón y destina la cantidad adecuada para crearlo.
Y si ya tenías construido tu fondo de seguridad, revisa si es suficiente o quieres incrementarlo para tener una mayor tranquilidad.
Elimina deudas, pero con cabeza
Intenta liquidar tus deudas, especialmente aquéllas en las que estés pagando un alto interés.
Mucha gente lo primero que piensa es quitarse la hipoteca.
Sin embargo, la hipoteca probablemente sea una deuda que no necesites eliminar de inmediato. Con los tipos actuales es posible que estés pagando muy pocos intereses y, si lo haces bien, podrías ganar más si inviertes ese dinero que si lo destinas a eliminar totalmente la deuda.
Además, si compraste tu casa antes de 2013, te estarás desgravando por ella. En ese caso, amortiza el máximo anual posible, para obtener la mayor deducción fiscal, pero no canceles tu hipoteca, ya que estarías perdiendo dinero.
También es posible que ciertos préstamos tengan consecuencias si se cancelan de forma anticipada. Por ejemplo, algunos concesionarios de coches te ofrecen una ampliación de la garantía si pagas a plazos. En caso de pagar el crédito antes de tiempo, ese beneficio se pierde.
Por lo tanto, a la hora de eliminar deudas, analiza bien lo que suponen y salda sólo las que sean realmente perjudiciales para tu bolsillo.
Revisa tu control de ingresos y gastos
¿Todavía no tienes un control de ingresos y gastos?
Pues no lo dejes pasar. El mejor momento para empezarlo es hoy mismo.
Con tu control de ingresos y gastos puedes elaborar un presupuesto anual y sabrás si tienes todas tus necesidades cubiertas o te gustaría mejorar algún aspecto de tu día a día.
¿Dejaste el gimnasio porque era caro y te gustaría volver?
¿Querrías suscribirte a Netflix o HBO?
¿Necesitarías más velocidad de Internet?
Quizá éste sea el momento de plantearte incrementar algunos de esos gastos periódicos. Pero hazlo siempre con tu planificación en la mano y conociendo el impacto que van a tener en tus finanzas a lo largo del tiempo.
Lo mismo si necesitas renovar alguna cosa: un móvil nuevo que no tengas que cargar dos veces al día, un portátil al que no le cueste 5 minutos arrancar, un abrigo más calentito para el invierno.
Valora si realmente son cosas que necesitas y si te las puedes permitir.
En definitiva, no compres por comprar.
Sigue un plan de inversión
Una vez tienes tu colchón de seguridad, has eliminado tus deudas más lesivas y has ajustado tu presupuesto anual para adaptarlo a tus principales necesidades, lo recomendable es invertir el resto del premio para obtener una rentabilidad.
Si todavía no tienes una estrategia de inversión, es el momento de crear tu cartera de activos.
Define primero tu perfil de riesgo como inversor y síguelo en todo momento para estar más tranquilo con las fluctuaciones del Mercado.
Como sabes, mi opción favorita para invertir es la Bolsa, bien mediante la compra de acciones o a través de fondos de inversión.
Si estás empezando y no tienes mucha experiencia, una opción ideal es contratar un robo-advisor, ya que se encargan de crear una cesta de activos ajustada a tu perfil y administrarla sin que tengas que preocuparte por nada.
Si ya tenías definida tu cartera y habías empezado a invertir, entonces te resultará mucho más sencillo distribuir el premio de la lotería según tu propia estrategia.
En cualquier caso, sea cual sea tu situación, te recomiendo que no metas todo tu dinero en Bolsa de golpe.
Creo que lo mejor es dividir el dinero que quieres destinar a la inversión entre 12 ó 24 e ir haciendo cada mes aportaciones periódicas a tus activos durante 1 ó 2 años. De ese modo, evitarás entrar con todo justo antes de una caída de la Bolsa y obtendrás un precio medio que te dará mayor tranquilidad de cara al futuro.
Mientras tanto, puedes mantener el dinero en una cuenta de ahorro o un fondo monetario que te dé un pequeño interés.
De todos modos, si no sabes muy bien cómo invertir tu dinero, te aconsejo que contrates un asesor financiero. Quizá si te toca la lotería de Navidad no tenga demasiado sentido, ya que el importe del premio no es tan elevado. En cambio, si eres el ganador del Euromillón, contar con la ayuda de un profesional de las finanzas me parece casi obligatorio.
Date algún capricho
Todo lo anterior está muy bien, pero recuerda:
- ¡Te ha tocado la lotería!
Ahorrar e invertir es fundamental si quieres tener unas finanzas saneadas, pero no te olvides de disfrutar por el camino.
Que te toque la lotería no es algo que ocurra todos los días.
Lo más probable es que no te vuelva a pasar en la vida.
Así que celébralo.
No te estoy diciendo que te alquiles un yate y te montes una fiesta de una semana por el Mediterráneo con tus amigos.
No es eso.
Pero date un pequeño homenaje.
Organiza una fiesta con tu familia, ve con tu pareja a cenar a un buen restaurante, haced ese viaje que tanta ilusión os hacía.
No sé, algo que disfrutes y que recuerdes con cariño dentro de unos años.
Eso sí, siempre dentro de tus posibilidades, con tu presupuesto al lado y que no suponga un fuerte impacto sobre el resto de tus planes financieros.
Conclusión
No voy a ser yo quien defienda la lotería. Desde luego que no.
Dejando de lado todo el componente adictivo del mundo de las apuestas y de los juegos de azar, se trata de una de las maneras más rápidas de perder tu dinero.
Pero hay que ser realista. La lotería de Navidad se ha convertido en una tradición con un fuerte arraigo en nuestro país.
Y, si se toma con cautela, me parece hasta bonito.
Es un momento que compartes y comentas durante los días previos con las personas que te rodean.
Por eso, suelo comprar siempre algún décimo junto con mi familia y amigos.
No es el hecho del premio en sí lo que me lleva a jugar. Es la nostalgia y el ambiente que envuelve a este sorteo tan especial.
Aunque bueno, si alguna vez nos toca el Gordo, tampoco le vamos a hacer ascos, ¿no?
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