Si alguna vez has buscado información en Internet sobre desarrollo personal o cómo llevar a cabo un cambio de vida, es muy probable que hayas encontrado varias páginas donde se mencione el concepto de libertad financiera.
Hay quien lo llama independencia financiera, o incluso libertad económica, pero, a fin de cuentas, todos hablan de lo mismo.
Y no es casualidad que este término se repita tantas veces en artículos de diferentes blogs, ya que alcanzar la libertad financiera supone un antes y un después en tu forma de vida. Pasar de depender de otros a ser el dueño de tu propio destino.
Es posible que asocies ser libre financieramente a tener mucho dinero. Algo sólo al alcance de Amancio Ortega, Bill Gates o Bruce Wayne (Batman para los amigos).
Créeme, en realidad, no es así. No es fácil, pero sí posible.
Y no te voy a mentir, no es un camino de rosas. Requiere planificación, tiempo y, posiblemente, renunciar a ciertos caprichos.
Si te interesa este tema, quédate conmigo. Te explicaré qué es lo que entiendo yo por libertad financiera, te hablaré de gente que ya la ha alcanzado y te contaré en qué punto del camino me encuentro yo mismo.
Contenidos
- Qué es la libertad financiera
- Por qué es importante ser financieramente libre
- Qué problemas puede tener la libertad económica
- ¿Realmente se puede conseguir la independencia financiera?
- Cómo lograr la libertad financiera
- Estabilidad financiera: un paso previo a tu libertad
- ¿En qué punto me encuentro yo ahora mismo?
Qué es la libertad financiera
Lunes 8 de septiembre. 7:00 a.m. Un irritante beep me saca de ese dulce sueño en el que me tomaba una cerveza fresquita en una terraza, junto a mi pareja.
¡Mierda! Toca levantarse para ir a la oficina. Todavía con los ojos entrecerrados, apago la alarma del móvil al tiempo que enciendo la lámpara de la mesilla.
Cariño, ¿qué haces? Son sólo las siete. Hoy no tenemos planes.
Entonces me doy cuenta. Me he dejado la alarma encendida de ayer, cuando madrugamos para ir de excursión.
No tengo que ir a la oficina. Dejé mi trabajo hace un año. Mi pareja también. Todo ello gracias a que nuestro dinero ahorrado nos genera unas rentas que nos permiten vivir sin necesidad de una nómina.
Esbozo una sonrisa. Me vuelvo a acostar y disfruto de nuevo de mi jarra de cerveza que todavía sigue fría.
Este relato es ficticio, pero refleja lo que significaría para mí tener libertad financiera.
Todo se resume en una idea:
Disfrutar de la vida sin preocuparme por el dinero
Dicho de un modo algo más formal, la libertad o independencia financiera supone llevar el ritmo de vida con el que te sentirías a gusto sin tener que trabajar por obligación para obtener el dinero que te lo permita.
Ahora bien, no hay una verdad absoluta. Mi concepto de libertad financiera no tiene por qué ser igual que el tuyo. Y, por supuesto, ambos son perfectamente válidos para cada uno.
Es posible que a ti te guste tu trabajo, disfrutes con él y no quieras dejarlo. Estupendo.
También puede ocurrir que quieras vivir viajando, estar siempre en un lugar diferente. Perfecto también.
O que tengas una afición cara y que no te plantees abandonarla porque te da los mejores momentos de tu vida. Vale, no tienes por qué hacerlo.
Cada cual tiene que ser muy sincero consigo mismo a la hora de definir qué es lo que entiende por libertad financiera.
Tener claro este aspecto es lo que te va a permitir evaluar tu situación personal y definir un plan realista que te acerque todo lo posible a tu vida ideal.
Por qué es importante ser financieramente libre
Vale, creo que estamos de acuerdo en que la libertad financiera es algo bueno y merece la pena luchar por conseguirla.
Sin embargo, aparte de decir adiós con la manita a tu jefe y dejar de levantarte a horas intempestivas por la mañana (¿se nota lo poco que me gusta madrugar?), no sé si te habrás planteado otras ventajas.
No te preocupes, te dejo una lista de ellas para que encuentres la motivación para empezar a construir tu independencia financiera.
- Liberarte del estrés que supone un trabajo donde todas las cosas se quieren para anteayer.
- Pasar más tiempo con tu familia, tu pareja o tus amigos.
- Planificar tu vida sin estar sujeto a períodos de vacaciones encorsetados.
- Retomar aquel proyecto personal que habías dejado parado o que nunca pudiste empezar.
- Hacer más deporte (quizá no lo veas como una ventaja pero, créeme, tu cuerpo lo agradecerá).
- Comer mejor, ya que tendrás más tiempo para prepararte platos saludables (¡adiós tupper, adiós!).
- Despreocuparte del problema de las pensiones, ya que tus ingresos no dependerán de la limosna del Estado.
Y así podríamos seguir.
Pero como ves, la mayoría de las ventajas se resumen en una: TIEMPO LIBRE.
Y es que el tiempo es nuestro recurso más preciado. Es lo que necesitamos para disfrutar de la vida y, por eso, no debemos desperdiciarlo.
Qué problemas puede tener la libertad económica
Ahora bien, la libertad financiera puede ser un arma de doble filo si no se sabe gestionar.
Quizá te resulte raro lo que te digo pero, sí, ser libre económicamente también tiene su parte mala. En concreto, hay tres situaciones que se repiten con frecuencia y que es bueno conocer para que no te pasen a ti:
- Tener mucho tiempo disponible, si no sabes en qué invertirlo, puede acabar deprimiéndote. No hay peor mal que el aburrimiento, así que desde ya debes plantearte qué te gustaría hacer si no tuvieses que trabajar.
- Para llenar tu tiempo libre puede que empieces a gastar más. Esto es un verdadero problema, ya que tira por tierra todo el trabajo realizado. Recuerda: si tus gastos aumentan, deberás reajustar tu plan hacia la libertad financiera.
- Puede generar envidias. Por eso, debes cuidar mucho de quien te rodeas e ignorar los comentarios negativos que puedan hacer sobre tu forma de vida poco convencional.
Como ves, no todo es de color de rosa. Sin embargo, los inconvenientes son irrelevantes en comparación con las ventajas y, en cualquier caso, una vez se conocen se pueden poner los medios para que nunca lleguen a suponer un problema.
¿Realmente se puede conseguir la independencia financiera?
Os hablaré de Juan Anónimo. A Juan le tocó la lotería (no recuerdo exactamente qué sorteo). En total, 1 millón de euros.
Juan estaba eufórico. Era rico. Ya no tendría que volver a trabajar. ¡Era financieramente libre!
O bueno…. lo fue durante un año, el tiempo que tardó en fundirse el dinero en caprichos tan caros como innecesarios: ocio descontrolado, viajes exóticos, un cochazo, un apartamento en la playa y en el pellizco que se llevó Hacienda.
Juan no había conseguido la libertad financiera. Ni se acercó a ella por asomo.
Sólo tuvo un golpe de suerte (buena o mala lo dejo a tu elección) que le proporcionó una cantidad abundante de dinero que no supo gestionar, porque tampoco tenía un plan para ello.
Juan Anónimo, como supondrás, no existe. Pero sí que hay casos documentados de muchísimas personas a las que les ocurre algo similar. Sólo tienes que hacer una búsqueda en Google sobre ganadores de lotería arruinados para comprobarlo.
Ahora os hablaré de Josan Jarque. Tras 20 años trabajando en un empleo que no le gustaba, gastando menos de lo que ingresaba e invirtiendo con sentido sus ahorros en acciones, decidió pedirse una excedencia para viajar por el mundo.
Al volver, no sólo comprobó que seguía odiando su trabajo, sino que además las rentas de sus ahorros cubrían prácticamente sus gastos. Pasado un tiempo, dejó su trabajo y ahora se dedica a lo que le apetece en cada momento.
Josan es independiente financieramente.
Pero además, es una persona real, como tú y como yo. Tiene un blog, donde cuenta toda su experiencia y comparte también su estrategia de inversión.
Como verás, los casos de Juan y de Josan son totalmente diferentes. De ellos se puede extraer una enseñanza fundamental:
La libertad financiera no llega de un día para otro, es un camino largo que requiere tiempo, esfuerzo y perseverancia.
Cómo lograr la libertad financiera
A estas alturas, supongo que te estarás diciendo: “Muy bien, todo esto es muy bonito, pero ¿cómo diantres hago yo para conseguir algún día la libertad financiera?”.
Siento decirte que no existe ninguna fórmula mágica ni secreto custodiado bajo llave en una montaña del Tibet. El camino para la independencia financiera consiste básicamente en:
- Cambiar tu mentalidad con respecto al dinero. Dejar de pensar en gastar tu sueldo y empezar a ahorrar e invertir en activos.
- Llevar un control de ingresos y gastos. Identificar claramente todas tus fuentes de ingresos y saber con la mayor precisión posible cuánto gastas cada mes y en qué.
- Reajustar tus gastos, para intentar dedicar más parte de tus ingresos al ahorro.
- Diseñar un plan de inversión para que tu dinero no se quede parado y empiece a generar más dinero.
- Ser constante en tu plan, aplicarlo lo más automáticamente posible y no desviarte de él.
Por lo tanto, se trata de un camino que lleva tiempo. ¿Cuánto?, te preguntarás. Pues, como casi todo en la vida, depende.
Depende de cuáles sean tus ingresos y si son estables.
Depende de cuáles sean tus gastos y de lo que estés dispuesto a recortar.
Depende de cuál es tu idea de libertad financiera.
Depende de la rentabilidad de tus inversiones.
Depende de los imprevistos que puedan surgir y te hagan reconstruir el plan.
Depende de tantas cosas, que no puedo darte una respuesta. Sin embargo, sí te diré que es posible lograrlo y que merece la pena intentarlo.
También me gustaría darte otro consejo: no te obsesiones y disfruta del camino.
Buscamos la libertad financiera para mejorar nuestra vida. Por lo tanto, no tiene sentido amargarse la existencia ahora por un hipotético futuro.
Una cosa es gastar con cabeza y otra muy diferente es no darse jamás ningún capricho. Lo primero te dará seguridad financiera, lo segundo te hará infeliz.
Por lo tanto, a la hora de planificar tus gastos, reserva algo para tus hobbies, momentos de ocio o pequeños antojos. Recuerda:
Ahorrar no significa malvivir
Estabilidad financiera: un paso previo a tu libertad
A veces escucho frases como las siguientes: “¿pero cómo voy a alcanzar la libertad financiera si a duras penas llego a fin de mes?” o “con lo poco que gano no puedo ahorrar”.
Creo que, salvo excepciones extremas e injusticias sociales, si tienes un trabajo y cobras una nómina es más que probable que puedas ahorrar más de lo que estás ahorrando hasta ahora. Quizá sea poco más, pero cada granito que aportes te irá acercando a tu libertad.
Como hemos visto, lograr ser independiente financieramente no es inmediato. No se trata de una carrera de 100 metros lisos. Es más bien un maratón.
Y estarás de acuerdo conmigo en que no puedes lanzarte a correr un maratón sin una buena preparación. Sería una locura y seguramente abandonarías en los primeros kilómetros.
Por eso, muchos corredores entrenan durante un tiempo con el objetivo de superar primero una media-maratón, antes de plantearse el reto final de correr en una maratón completa.
¿Sabes? Tengo una buena noticia. En el camino hacia la libertad financiera también existe la media-maratón. Se trata de una meta intermedia, pero necesaria. Te estoy hablando de conseguir tu estabilidad financiera.
¿Y de qué se trata? Muy sencillo, la estabilidad financiera consiste en tener bajo control todos tus ingresos y todos tus gastos, de manera que los primeros permitan cubrir completamente los segundos y dedicar una pequeña parte al ahorro. Además, implica tener una cantidad de dinero ahorrada que te ofrezca seguridad ante una pérdida temporal de tu fuente de ingresos principal.
Dicho de otro modo, una persona que tiene estabilidad financiera:
- Sabe que su nómina le permite llegar siempre a final de mes sin pasar apuros.
- Puede ahorrar una pequeña parte de su sueldo y empezar a construir así su libertad financiera.
- Tiene unos ahorros con los que hacer frente a posibles imprevistos (avería del coche, cambiar un electrodoméstico, etc).
- No vive angustiada por perder su trabajo, ya que con sus ahorros puede hacer frente a varios meses sin necesitar un sueldo.
Como ves, la estabilidad financiera supone dormir tranquilo sin preocuparte por el dinero. Y puede que con esto sea suficiente. Muchas personas se sentirán satisfechas una vez alcanzado este punto y no necesitarán más.
Creo que este estado de felicidad es bastante más accesible para todo el mundo que la libertad financiera. Por eso,
A corto plazo, céntrate en conseguir la estabilidad en tus finanzas
Verás resultados mucho antes e irás adquiriendo los conocimientos y los hábitos que te permitirán dar el salto hacia tu independencia, si es lo que quieres a largo plazo.
¿En qué punto me encuentro yo ahora mismo?
Vale, ya te he dado la chapa. Puede que hasta te haya convencido de lo importante que es tener una estabilidad financiera y lo increíble que sería conseguir ser libre económicamente.
Pero no sería sincero contigo si yo mismo dijese una cosa e hiciese la contraria.
Por eso, te invito a leer mi historia donde te cuento quién soy y cuál ha sido mi camino hacia la libertad financiera .
Y, si todavía te lo estás preguntando, lo cierto es que no, todavía no soy financieramente libre.
Pero hace ya unos años que Cova (mi pareja) y yo conseguimos nuestra estabilidad financiera. Gracias a ella, ya no tenemos deudas y podríamos vivir durante varios años sin necesidad de ingresar una nómina.
Actualmente estoy trabajando por nuestra independencia financiera. No se trata de un objetivo individual. Es un proyecto común, que sería imposible si ambos no compartiésemos intereses y una manera similar de entender la vida.
Creo que mi experiencia en este proceso puede ser útil para mucha gente. Por ese motivo, decidí compartirla y aventurarme a escribir este blog.
No te puedes plantear la libertad financiera sin una buena base. Esa base la forman tus conocimientos y tus hábitos. Y yo quiero ayudarte a construirla.
En próximos artículos compartiré contigo nociones básicas sobre educación financiera, además de pequeños consejos o estrategias de ahorro e inversión que espero te ayuden a formar esta base necesaria para mejorar tu economía.
Ahora es tu turno: ¿crees que la libertad financiera es posible?, ¿estás haciendo algo para conseguirla?, ¿qué te lo está impidiendo?
Te invito a compartir tu experiencia en los comentarios.
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