Lo estaba esperando.
Hay noticias que sabes con toda seguridad que van a llegar tarde o temprano.
La invitación a la boda de esa pareja de amigos que llevan tanto tiempo juntos.
La notificación para pasar la próxima ITV.
Una nueva victoria de Nadal.
En mi caso, estaba seguro de que cada vez quedaba menos para que mi compañía eléctrica subiese las tarifas.
Llevamos varios meses viendo en todos los telediarios cómo el precio de la luz alcanza, día tras día, máximos históricos. Es un goteo constante y parece que nada lo puede parar.
Sin embargo, yo estaba más o menos tranquilo. Hace un par de años contraté una tarifa que no dependía de los vaivenes del mercado eléctrico. Una tarifa con un precio fijo que me daba esa relativa calma cuando veía las noticias.
Pero sabía sólo era eso: una calma relativa. En cualquier momento, mi compañía podría revisar las condiciones.
Y, cómo no, lo hizo.
Hace unos días recibí un email donde me notificaban el cambio.
Lo primero que hice en ese momento fue enfadarme. Lo segundo, escribirles un correo electrónico para comentarles algunas cositas y, lo tercero, empezar a buscar una nueva compañía.
En este post te quiero contar cómo ha sido mi cambio de tarifa de electricidad. Pero no esperes un artículo exhaustivo lleno de cifras de potencias, precios de luz y análisis de compañías eléctricas. No es mi intención, ya que en Internet puedes encontrar información mucho más extensa y detallada.
Simplemente me gustaría compartir contigo algunos pensamientos al respecto, para que te hagas una pequeña idea de lo que puedes encontrarte si algún día decides migrar de compañía de la luz.
Aviso:
Este artículo no debe tomarse como una recomendación de compra o de contratación de tarifas eléctricas. Únicamente manifiesto mi opinión, que está condicionada por mis circunstancias actuales. No soy ningún experto en el tema y puede que algún concepto de los que expongo esté incompleto o sea inexacto. Por eso, antes de tomar cualquier decisión te aconsejo informarte a través de fuentes oficiales y especializadas, así como consultar con un asesor si lo consideras necesario.
Contenidos
Mi antigua tarifa de electricidad
Si te soy sincero, hasta hace dos años, nunca me había planteado cambiar de compañía eléctrica.
Quizá por desconocimiento. Puede que porque no estaba entre mis preocupaciones principales. Es posible que por lo farragoso que es entender una factura de la luz. O, incluso, por miedo a quedarme sin electricidad en el proceso. El tema es que no había investigado mucho sobre las alternativas existentes.
Pero un día recibí un email de la OCU donde presentaban su iniciativa quieropagarmenosluz. La idea era formar una compra colectiva que asegurase una tarifa lo más barata posible.
Me pareció muy interesante y me registré.
Meses después anunciaron que ya tenían una empresa que había optado a la compra colectiva. Se trataba de CEPSA y ofrecía una rebaja del 15% sobre el precio de su tarifa oficial, además de descuentos al repostar en sus gasolineras.
No sé si alguna vez te he dicho que soy un amante de las hojas Excel. Cada vez que tengo que hacer una compra importante preparo mi hojita de cálculo para comparar todas las opciones posibles.
Y este caso lo merecía.
Así que me puse manos a la obra y empecé a apuntar en mi fichero los datos de mi última factura, junto con todas las ofertas que me parecieron interesantes.
Al final, la oferta de la OCU era sin duda la más ventajosa, por lo que decidí decir adiós a mi compañía de toda la vida y cambiar de tarifa.
El proceso no fue para nada doloroso. Al contrario, fue todo muy sencillo.
Simplemente rellené un formulario online y, a los pocos días, el cambio estaba hecho. No tuve que hacer nada más. Ellos se encargaron de todo.
Y yo tan contento. Tenía una tarifa con un precio fijo muy competitivo.
Ahora bien, si te digo la verdad, no he ido revisando cómo variaba el mercado eléctrico durante estos años. Estoy seguro de que algunos meses habré pagado más que si estuviera en el mercado regulado y otras veces menos. No obstante, el ahorro en gasolina y la tranquilidad de no estar pendiente de subidas en la factura, me compensaba.
A principios de este año, CEPSA envió un comunicado donde decía que iba a dejar de prestar sus servicios de electricidad y que todos sus clientes pasarían a una nueva compañía, Podo, que se comprometía a mantener las condiciones actuales.
Ni tan mal.
Pero, como era lógico, tras varios meses de subida vertiginosa del precio de la luz, Podo ha decidido romper este compromiso y modificar sus precios.
No voy a entrar en si me parece bien o me parece mal que hayan hecho este cambio. Ni siquiera en si los 15 días de plazo para aceptar las nuevas condiciones se ajustan o no a la legalidad.
Simplemente, como las nuevas tarifas me parecen abusivas, he decidido largarme a otra compañía.
Y eso es lo que te voy a contar a continuación.
Qué es la tarifa regulada de la luz y qué es el mercado libre
Antes de seguir hablando sobre el cambio de compañía de la luz, es necesario tener clara una cosa: en España existen dos mercados eléctricos, el regulado y el libre.
Es probable que lo sepas de sobra, ya que llevan hablando de este tema en la tele desde que don megavatio-hora empezó a tener su sección particular en todo telediario.
En cualquier caso, por si no has hecho mucho caso a las noticias últimamente, te lo voy a resumir muy rápido.
El mercado regulado tiene una única tarifa, que se conoce con el nombre de Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC). En esta tarifa, el precio varía cada hora en función de la oferta y la demanda.
Tiene la ventaja de que las comercializadoras eléctricas sólo pueden añadir un pequeño margen de beneficios, fijado por ley, a este precio, de modo que el coste de estos intermediarios es muy reducido.
Sin embargo, está sujeto a las oscilaciones del propio mercado que, si bien hasta ahora no habían sido muy llamativas, en los últimos meses son un auténtico disparate.
En el mercado libre, por contra, las compañías eléctricas pueden ofertar prácticamente lo que les apetezca. De ahí que haya innumerables tarifas para todo tipo de consumidores.
Evidentemente, nadie da duros a tres pesetas, por lo que las eléctricas van a intentar obtener un mayor beneficio con estas tarifas que con el PVPC. No obstante, según cuáles sean tus hábitos de consumo, tú también puedes aprovecharte y encontrar una tarifa que se ajuste mejor a ti.
¿Cuál es la tarifa de luz más barata?
La pregunta del millón. Ojalá pudiera contestarla sin ningún tipo de duda.
Lo cierto es que no hay una tarifa ideal que se adapte a todo el mundo.
Para la mayoría de la gente, la tarifa regulada, o PVPC, ha sido tradicionalmente la más económica, a pesar de que la situación actual nos invite a pensar otra cosa.
Si lo piensas es lógico. Todas las comercializadoras deben comprar la electricidad en el mercado mayorista. Por lo tanto, no tiene sentido que en sus tarifas libres ofrezcan un precio con el que pierdan dinero.
Con el PVPC las compañías sólo pueden añadir un pequeño margen y no pueden salirse de ahí. Les interesa entonces que contrates una tarifa libre para poder obtener un mayor beneficio.
¿Quiere decir esto que la tarifa PVPC es siempre la mejor?
En absoluto.
Aunque pueda ser la opción más adecuada para la mayor parte de la población, puede que no lo sea para ti. Cada cual tenemos unos patrones de consumo y unos horarios en los que estamos más tiempo en casa.
Te invito a que hagas tus propias cuentas y compares tarifas entre sí. Puede que te lleves alguna sorpresa.
A qué compañía eléctrica me cambio y por qué
Como te he comentado, poco después de recibir el email de mi compañía anunciando el cambio de precios en mi factura, empecé a valorar otras alternativas.
Me puse manos a la obra y abrí una nueva hoja Excel para analizar cómo estaba el mercado de la electricidad.
Si te digo la verdad, es un auténtico lío, aunque con algo de paciencia te acabas enterando.
De todos modos, si quieres hacerte una idea rápida de cuánto puedes ahorrar con cada tarifa, puedes utilizar el comparador de la CNMC. Basta con indicar tu potencia contratada y tu consumo estimado para un año y rápidamente obtendrás una estimación de precios en diferentes compañías. Además, te permite hacer también una simulación de tu factura de la luz si tuvieras contratado el PVPC.
Pero, volviendo a mi análisis, además del precio quería que mi nueva tarifa cumpliese lo siguiente:
- Sin permanencia. Algo esencial hoy en día. Todas las ofertas tienen actualmente bonificaciones derivadas de la aplicación del Real Decreto-ley 17/2021, de 14 de septiembre, de medidas urgentes para mitigar la escalada de precios. Estas medidas terminan el 31 de diciembre, por lo que en enero tocará revisar el contrato y cambiar de tarifa si fuera necesario.
- Energía verde. Aunque tenga que pagar un poco más, quiero que la energía que consuma proceda de fuentes renovables y contribuir así a contaminar menos el Planeta.
- Un tramo horario. Tanto Cova como yo trabajamos en casa, por lo que hacemos uso de la luz a cualquier hora. Además, nos hemos acostumbrado a poner la lavadora y el lavavajillas mientras estamos trabajando y a poder irnos de fin de semana cuando nos apetece. No quiero que mi tarifa de la luz condicione mi rutina.
- Compañía de confianza. Busco una empresa que no me dé problemas, por lo que me aseguraré de que tenga un buen historial y buenas valoraciones.
Y teniendo en cuenta estas condiciones, mi nueva tarifa es…
Redoble de tambores….
Tarifa Precio Fijo a Largo Plazo de Repsol.
¿Es la mejor? No lo sé.
¿Es la más barata? Quizá no lo sea.
¿Cumple mis condiciones? Sin duda.
Tras analizarlo cuidadosamente he visto que es la tarifa que mejor se ajusta a mis situación actual y que si en algún momento cambian esas condiciones o no estoy satisfecho podré irme a otra compañía sin mayor problema.
Pero insisto. Lo que es bueno para mí, puede no serlo para ti. Haz tu análisis y decide por ti mismo qué es lo que más te conviene.
Actualización:
Pocos días después de escribir este post, Repsol modificó su tarifa Precio Fijo a Largo Plazo. Las nuevas condiciones ya no son tan beneficiosas como lo eran cuando firmé mi nuevo contrato de electricidad con ellos. Por eso, no dejaré de insistir en que no te dejes guiar simplemente por una recomendación que leas en Internet y siempre hagas tus propios análisis en el momento en que te plantees hacer cualquier cambio.
Cómo cambiar de compañía eléctrica
Hoy en día es raro encontrar a alguien que no haya cambiado de compañía telefónica en alguna ocasión.
Quien más y quien menos ha aceptado alguna vez una oferta de portabilidad para hacerse con un nuevo móvil, para disfrutar de Netflix gratis durante una temporada o, simplemente, para abaratar su factura a final de mes.
Incluso hay personas que han hecho de la portabilidad un auténtico hobby y cambian de compañía de teléfono más que de camisa para conseguir los mejores descuentos.
Hemos perdido el miedo, a pesar de las múltiples quejas que se acumulan en los foros de telefonía sobre problemas durante la migración: facturas de la anterior compañía una vez hecha la migración, intento de cobro del router a pesar de haberlo devuelto, llamadas a horas intempestivas para que cambies de idea, etc.
Está claro que cambiar tu compañía de móvil es algo de lo más normal.
Pero, cuando hablamos de cambiar nuestra tarifa de la luz, no podemos dejar de sentir cierto escalofrío.
Una cosa es que haya un problema con nuestro teléfono y nos quedemos sin línea unos días. Es una lata pero la mayoría lo podríamos soportar.
Sin embargo, a todos nos da miedo quedarnos sin luz y ver cómo las pizzas de nuestro congelador se van echando a perder poco a poco sin que podamos hacer nada para frenarlo.
Creo que ése es uno de los principales frenos por los que la mayoría de la gente no da el paso para cambiar su tarifa eléctrica. El otro es la falta de interés.
Pues bien, déjame decirte que cambiar de compañía de luz es un proceso realmente sencillo. Puede que más que cambiar de contrato de móvil. Incluso yo diría que es más seguro.
Para hacer el cambio, en la mayoría de las ocasiones, simplemente debes rellenar un formulario con tus datos en la página web de la nueva empresa comercializadora o contestar a unas preguntas por teléfono y ellos se encargan de todo. Ten a mano tu última factura, tu CUPS (viene indicado en tus facturas) y el número de tu cuenta bancaria.
Una vez hecho este trámite, la nueva compañía contactará con la anterior para que te dé de baja y, en pocos días, se tramitará el cambio. La compañía antigua te enviará una última factura y, a partir de entonces, empezarás a disfrutar de tu nueva tarifa.
Todo sin que tú te enteres.
¿Y me puedo quedar en algún momento sin luz?
La respuesta es tan sencilla como contundente: NO.
Ten en cuenta que una cosa es la empresa distribuidora de la electricidad y otra la comercializadora. La distribuidora es la que hace llegar la luz hasta tu casa, a través de toda la red de cables de tu ciudad. Esta compañía depende siempre de tu zona y no cambia.
Cuando modificas tu tarifa, únicamente migras de compañía comercializadora, es decir, la que te emite las facturas. La energía que te llega y su calidad es siempre la misma, por lo que tu suministro está garantizado en todo momento.
Recomendaciones finales para saber qué tarifa de luz contratar
Sin duda el precio de la luz ha sido uno de los hits de este verano y me temo que lo va a seguir siendo en lo que nos queda de año.
En este artículo te he contado cuáles han sido mis decisiones al respecto y por qué las he tomado. Ahora bien, no sé si mi relación con la nueva compañía va a durar varios años o tan sólo unos meses. Seguramente en enero tenga que volver a hacer cuentas y reajustar la situación si es necesario.
De igual modo, mis circunstancias seguramente sean muy diferentes a las tuyas, por lo que no puedo recomendarte una tarifa en concreto ni decirte cuál es la mejor para ti.
Lo que sí puedo hacer es darte una serie de consejos para cuando quieras enfrentarte a la farragosa misión de buscar una nueva tarifa eléctrica. Allá van:
- Revisa muy bien cuáles son tus hábitos de consumo. Para ello, lo mejor es tomar todas las facturas de un año y ver cuánto gastas en cada franja horaria.
Crea una hoja de cálculo con tus consumos y los precios de diferentes tarifas, para que te sea más fácil compararlas entre sí. - Haz varias simulaciones con el PVPC, para comprobar cómo varía tu factura en función del precio del mercado. Para la mayoría de la gente, esta tarifa suele ser la más ventajosa.
- Nunca elijas una tarifa con permanencia. No sabes lo que puede ocurrir en el futuro.
- No te dejes llevar por las promociones donde te ofrecen servicios adicionales. Cuando acaba la promoción suelen incrementar bastante tu factura y normalmente llevan asociado un compromiso de permanencia.
- Busca información y opiniones de cada empresa de electricidad en Internet. Te dará una idea sobre cómo tratan a sus clientes.
- Si tu compañía cambia las condiciones quizá sea hora de buscar otra opción más económica.
- Repite tu análisis al menos una vez al año.
Espero que estas recomendaciones y el resto del artículo te hayan ayudado a poner un poco de luz en este mundo de las tarifas eléctricas.
Ahora es tu turno, dime:
¿Cómo estás viviendo el incremento del coste de la luz?
¿Te has planteado cambiar de compañía eléctrica?
Cuéntamelo en los comentarios.
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