Hoy es un día especial para mí.
Dentro de un rato mi móvil empezará a sonar y seguramente no termine hasta bien entrada la noche.
Hoy es mi cumpleaños.
Te prometo que no estaba preparado. Ha sido pura casualidad.
Cuando decidí enviar esta newsletter cada dos semanas, un martes sí y otro no, no hice los cálculos.
De hecho, hasta hace unos días no me había percatado de que esta sexta edición iba a coincidir con el día en que cumplo años.
Y es que a veces el azar nos da alguna que otra alegría.
Otras, no tanto.
Por eso, hay algo que nunca dejaría en manos de la diosa fortuna: mis finanzas.
Si desconoces el dinero que necesitas para cubrir tus gastos mensuales, estás permitiendo que cualquier eventualidad te impida llegar a fin de mes.
Cuando compras acciones de una compañía solo porque te cae simpática, porque alguien la ha recomendado en su perfil de Twitter o porque Elon Musk se ha interesado por ella, estás confiando tu dinero a la suerte. O peor aún, a las visiones del amigo Elon.
Incluso si confías en que, dentro de unas décadas, el Estado te va a garantizar un sueldo con el que puedas vivir como hasta ahora, déjame decirte que estás confiando demasiado en el destino.
No sé tú, pero a mí me gusta dormir bien por las noches.
Y eso significa tener el control de mi propio dinero.
Quiero ser yo quien dirija mi futuro y no dejarlo a expensas del azar.
Aunque una pizca de buena suerte siempre ayuda. Por eso, esta noche pediré un deseo cuando sople las velas.
Descubrimientos del momento
En esta sección recopilo algunas cosas que me han parecido interesantes.
Un libro, una herramienta, una noticia, una frase motivadora. En definitiva, cualquier recurso que te pueda ayudar a mejorar tus finanzas.
Espero que te gusten 😊
📆 Todos los años igual
Este mes me tocaba la cita anual en mi taller.
Todos los años llevo mi coche a una revisión. Cambio de aceite, filtros y esas cositas.
Esta vez el agujero en el bolsillo ha sido gordo.
“Hay que sustituir la correa de la distribución”.
Entre unas cosas y otras, casi 1.000 euros de reparación.
Mi tarjeta, temblando. Y mi Excel de presupuestos, con un -1.000 nada más empezar el mes.
Por suerte, es un gasto que he podido afrontar sin problemas. Lo tenía previsto.
Sabía que tocaría cambiar la correa en los próximos años y había separado el dinero para ello.
Es la ventaja de planificar y presupuestar.
Si sabes que tienes una cita anual en el taller, prepárate con antelación y haz una estimación de lo que te puede costar.
¿Sabes qué otra cita tienes tú ahora?
Exacto. Tu amiga Hacienda ya está llamando a tu puerta.
Quizá te devuelvan dinero. O quizá no.
Muchas veces la gente se echa las manos a la cabeza cuando les sale a pagar. Les supone un extra que rompe todos sus esquemas.
Pero lo cierto es que, si quisieras, podrías tener una idea de lo que te va a salir, antes de sentarte a hacer la declaración.
Basta con conocer previamente qué tienes qué declarar. Así como si puedes acogerte a alguna bonificación.
Información no te falta. Tienes muchas fuentes donde consultar. Pero te voy a indicar dos que he descubierto recientemente y me han parecido muy buenas.
La primera es esta publicación en la newsletter de Diego Puertas (@misterpuertas).
Y la segunda, este hilo en la cuenta de Twitter de La Nube Fiscal (@lanubefiscal)
Los dos me han parecido buenísimos. Pocas veces encontrarás tanta información de utilidad condensada en un espacio tan reducido y contada de una manera tan sencilla y entretenida.
Merece la pena dedicarles unos minutos.
📉 El mundo al revés
Lo que peor llevo cuando compro online son los gastos de envío.
A ver, lo entiendo perfectamente. Si sólo quiero hacer el trayecto desde el sofá hasta la puerta de mi casa para recoger una compra, algo tendré que pagar por ese servicio.
Pero eso no quita que, cuando veo que se suman los gastos de envío al carrito, me sabe a rayos.
Por eso siempre escojo la opción menos costosa. El envío normal.
Generalmente, me da igual esperar unos cuantos días para recibir mi paquete en casa. No suelo tener prisa.
Pero en alguna ocasión, sí que he necesitado tener algo con urgencia.
Y entonces, he pagado más por el servicio.
Es lógico. Todos lo entendemos.
Si quiero un beneficio (tener algo antes), he de pagar más.
¿Te imaginas que fuera al revés?
¿Que el envío exprés fuera más barato que tener que esperar una semana para tener tu pedido en casa?
Es de locos, ¿no?
Pues algo así está ocurriendo con la renta fija.
Resulta que la deuda de corto plazo empieza a dar más rentabilidad que la de largo plazo.
Es decir, hay bonos por los que se pagan más intereses si el dinero se devuelve en 1 ó 2 años, que si se devuelve dentro de 10.
Piénsalo bien. No tiene demasiada lógica.
Está pagando menos intereses quien hace menos esfuerzo (devuelve más tarde el dinero)
Esto es lo que se llama inversión de la curva de tipos y suele ser el preámbulo de una crisis.
O no.
Pero todo esto te lo cuenta mucho mejor José Francisco López (@Ciudaddeltrader) en este tuit. Una explicación muy fácil de seguir que, sin duda, da que pensar.
😵 Cuando no entiendes ni papa
El primer día, en mi último trabajo, me sentí fuera de lugar.
Llegó la hora del café y mis compañeros me invitaron a bajar con ellos al bar de la esquina.
Lo primero que me preguntaron: ¿juegas al ordenador?
A mí siempre me han gustado los videojuegos y tenía la impresión de que a ellos también, así que asentí orgulloso.
No me equivoqué. Eran unos jugones.
Pero entonces me di cuenta de que, a pesar de mi afición, yo estaba totalmente fuera de ese mundo.
Empezaron a usar una jerga que yo no tenía ni idea de lo que significaba.
“Flamear, estar tilteado, yolo, niño rata, lootear,…”
Parecía que estuvieran hablando en otro idioma. De cada cinco palabras, había dos que no entendía.
Es posible que, cuando escuchas hablar sobre finanzas, economía o inversiones, a ti te pase algo parecido.
Hay términos que no sabes lo que significan y que la gente que controla el tema, utiliza con total normalidad.
Por eso, es bueno tener siempre un diccionario al que acudir.
Y en cuestión de lenguaje financiero, hay dos páginas que te recomiendo guardar en los favoritos de tu navegador: Investopedia (en inglés) y Economipedia (en español).
Seguro que, a partir de ahora, no habrá término que se te resista.
📐 Una guía por la que empezar
En mi último correo te hablé sobre el tracker de acciones de “Show Me The Money”.
Se trataba de una herramienta gratuita para llevar un seguimiento de tus acciones favoritas.
Por cierto, el usuario se ha cambiado el nombre y ahora se llama Quality First (@QFinvesting), mucho más acorde a su perfil.
Además, recientemente ha sacado otra herramienta muy interesante: un checklist con los parámetros más interesantes a la hora de evaluar una empresa, para que no se te olvide ninguno en tu análisis.
Y, al igual que la anterior, es gratis. Te recomiendo echarle un ojo porque es realmente útil.
Tienes todos los enlaces aquí.
Pero claro, para poder seguir empresas, primero tienes que elegirlas.
Y, si partes de cero, no es nada fácil.
Por eso, aunque siempre tengas que hacer tus propias valoraciones, es bueno tener alguna referencia, una pequeña guía o una selección inicial de la que partir.
En mi caso, me gusta la inversión en empresas de dividendo creciente (DGI).
No digo que sea la mejor manera de invertir. Simplemente es la que a mí me gusta y encaja más con mis objetivos.
Si tú también quieres seguir este estilo de inversión y estás buscando las compañías más apropiadas para estudiar, te recomiendo echar un vistazo a los recursos que tienes a tu disposición en la página de Cazadividendos.
En concreto dos de ellos: el índice Cazadividendos, con la recopilación de las principales empresas recomendadas para esta estrategia, y el Cazadividendos Quality Scoring System, una valoración de un buen número de empresas en base a un sistema de puntuación para evaluar su calidad.
En cualquier caso, te guste la inversión DGI o no, lo que sí te recomiendo es que eches un vistazo a su boletín: “Las crónicas del dinero”.
Cada martes te envían un correo sobre finanzas con un toque muy personal.
Es ameno, aprendes y, muchas veces, hasta te echas unas risas.
Puedes leer alguna de las últimas entregas, y darte de alta si quieres, aquí.
A mí ya te digo que me tienen enganchado.
Punto y seguido
Aquí termina todo lo que quería contarte en este correo. Dentro de dos semanas, si quieres, volvemos a vernos por tu bandeja de entrada.
Si te apetece comentarme algo, darme alguna sugerencia o, simplemente, preguntarme cuántos años cumplo hoy, puedes enviarme un correo o saludarme por Twitter. Siempre respondo.
Y si quieres hacerme un pequeño regalo, justo aquí abajo tienes un botón para compartir este email con quien quieras. Si crees que le puede ayudar o resultar interesante, seguro que te lo agradece. Y yo también, claro.
¡Un abrazo y hasta la próxima!

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